Una de cada cuatro adolescentes no diría a sus padres que va a abortar

Una encuesta analiza por primera vez la actitud de las protagonistas de la reforma legal sobre interrupción del embarazo

La muestra no es enorme ni muy representativa (272 adolescentes de un centro de salud), pero tiene el mérito de que va directa al grano del aspecto más polémico de la reforma de la ley del aborto que promueve el Gobierno: ¿qué harían las chicas y los chicos de 16 a 18 años si fueran a abortar? Y el resultado es que una de cada cuatro no se lo diría a su padres. Si se les pregunta a los muchachos, no lo diría casi la mitad.

El estudio ha sido financiado por la Instituto Formación Novartis, y presentado en unas jornadas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) y la Sociedad Murciana de Medicina de Familia y Comunitaria (SMUMFYC) que se celebran en Murcia. Según los resultados de la encuesta realizada por médicos de familia del Centro de Salud Ricardo Fernández Valadés de Jódar (Andalucía), las chicas son más partidarias de contárselo a sus padres, el 73.2%, frente a los chicos, un 59.9%. De todos los jóvenes que afirman que abortarían, más de la mitad (56%) lo hablaría con sus progenitores. La edad media de los encuestados fue de 15 años y 8 meses.

En la encuesta también se preguntaba por otras prácticas anticonceptivas de actualidad, como el uso de la píldora del día siguiente. Desde principios de mes este fármaco puede comprarse sin receta en las farmacias, y la dispensación es libre para las mayores de 16 años. Curiosamente, los jóvenes encuestados no tienen tan claro que esta situación deba ser así. Un 39,2% respondió que la dispensación se haga a partir de los 16 años y un 19,4%, que a los 14 años. En cambio, un 17% afirma que debe retrasarse a los 18 años. Un 15% dice que no debe haber límite de edad, y un 8% lo rebaja a los 13 años. No se encontraron diferencias entre sexos.

Los médicos de familia consideran que es preciso aprovechar las consultas para iniciar una anticoncepción reglada y concienciar a las más jóvenes de los riesgos de tener relaciones sexuales sin protección. "El cambio en las costumbres y hábitos de la población", explica el doctor Lorenzo Arribas, del Grupo de Atención a la Mujer de SEMFYC, "y el inicio cada vez más temprano en las relaciones sexuales hacen que sea imprescindible la puesta en marcha de campañas de información, educación y formación que les facilite entender la sexualidad como una parte de su salud. En este sentido es clave el papel del médico de familia, ya que es el profesional más cercano al paciente y a su entorno".

Los profesionales deben aprovechar los contactos que establecen con sus pacientes en las consultas, para a través de entrevistas confidenciales hablar de forma abierta y facilitar un mayor conocimiento sobre los temas relacionados con la salud reproductiva, las conductas sexuales responsables y el uso de anticonceptivos.