Políticas sanitarias y educativas en materia de salud sexual y reproductiva en Canarias: Abandono y Desmantelamiento.

El movimiento feminista cuenta con una larga trayectoria en la reivindicación de los derechos sexuales y reproductivos, en su incidencia como tema del debate público y político y su incorporación como parte de los Derechos Humanos.

A través del cuestionamiento de la dicotomía público/privado y partiendo de que el cuerpo es clave para entender el dominio masculino, el movimiento feminista incorpora en los años setenta en la agenda política una serie de cuestiones relacionadas con la sexualidad y la reproducción, definiendo los derechos sexuales como el derecho a controlar el cuerpo y a decidir sobre su capacidad reproductiva sin imposiciones, coerciones o violencia. El derecho al placer ha sido también, desde 1975, núcleo central de estas reivindicaciones.

Esta agenda se ha ido ampliando y enriqueciendo con los debates en torno a la familia, la reproducción y la maternidad, las orientaciones sexuales y las identidades de género, la interculturalidad y la sexualidad, incluyendo nuevas exigencias como el derecho a decidir quiénes queremos ser, cómo y con quién queremos convivir, y otros debates que han surgido al calor de las nuevas tecnologías reproductivas, el proceso de globalización y los cambios en los modelos de convivencia.

En términos generales, nos estamos refiriendo al derecho a la atención a la salud sexual y reproductiva, a la autodeterminación sexual y a vivir nuestra corporalidad e identidad sentida y diversa. Solo desde la libertad,desde la autonomía y el respeto a la diversidad se puede disfrutar de una sexualidad sana, que nos haga conectar con el bienestar y el disfrute personal y colectivo.

Informe DSR Colectivo Harimaguada

Y para ello es imprescindible que la Educación y Atención Afectiva y Sexual Integral, que ayude a los seres humanos a resolver sus necesidades relacionales de vinculación afectiva y erótica, sea una realidad. Las personas somos interdependientes, nos construimos en relación, tenemos capacidad de acercarnos a otras, de establecer relaciones y vínculos afectivos que necesitamos para poder sobrevivir. Y para resolver satisfactoriamente estos vínculos afectivos, de comunicación, de erotismo, de acompañamiento, de intimidad corporal, tenemos que
aprender, primero, a reconocerlos y luego a conducirlos de manera positiva, saludable, igualitaria y placentera.