Federación Estatal de Organizaciones Feministas

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Políticas de la fiesta y la diversión, libres de agresiones sexistas

Begoña Zabala

Lunes 4 de noviembre de 2013

Políticas de la fiesta y la diversión, libres de agresiones sexistas

[In memoriam: Este es un artículo que prometí escribir cuando en julio pasado Sabin Arana me alertó, con el envío de un artículo, de las lecturas inoportunas que se hacen de las campañas antiagresiones en las fiestas. Va por ti, incansable luchador]

Ya ha pasado el verano y con él dejamos atrás fuertes polémicas sobre las fiestas populares y las agresiones sexistas a las mujeres. También sobre las fiestas tradicionales y populares y la participación de las mujeres en las mismas. ¿Seremos solo "cantineritas" en los alardes o podremos desfilar como escopeteras?, ¿podremos bailar en la "mutil dantza" (danza de chicos) o solo mirar? Igualmente, conecta este tema con las fiestas y el imaginario festivo de este pueblo tan necesitado de imágenes rompedoras y faltonas. Este tema en Euskal Herria está siendo atravesado por tensiones y polémicas que, como siempre, nos están ayudando a perfilar posicionamientos y, obviamente, a trabajar y a organizar las mejores fiestas del mundo, -y no sólo las de Bilbao, que por supuesto- para el buen disfrute de nuestros cuerpos. Con total libertad y el mejor libertinaje.
Y, como suele pasar con frecuencia, destaca la violencia y la contundencia del debate. La descalificación machista hacia las atrevidas. Si se quiere participar en un espacio "prohibido" para las mujeres, y si se saltan las barreras impuestas por la dictadura de la heteronormatividad, la contestación es inmediata: "sois una zorras, putas, os vamos a follar". Si la crítica es porque la fiesta está sirviendo de excusa para la agresión y el sobeo más descarado por parte de los machitos, entonces el insulto es más suave, pero no menos estigmatizado: "sois unas putas mojigatas,
que lo que tenéis que hacer es follar más, para ser más felices". Todo el lenguaje sexualizado, con la figura central creada por el patriarcado, para disfrute de los machos: la mujer puta. Si los posicionamientos son realizados por alguna mujer que ostenta cargo o es conocida públicamente, entonces ya es una "zorra feminista abertzale".
También existen comentarios y análisis, más vestidos de objetividad y análisis. No quiero decir que toda la discrepancia es cutre y machista. Incluso uno de los debates que traigo es esto, una crónica, vestida de viajera, que considera desproporcionadas nuestras campañas e irreal la propia existencia de la agresión.
Como mucha gente habrá adivinado, estamos hablando, mayoritariamente, de las fiestas populares de Euskal Herria, en general, y más en particular de los Sanfermines y de las fiestas populares, sobre todo de Nafarroa y Gipuzkoa. Y también de las fiestas de recuperación e implantación de las tradiciones, como los alardes y los bailes tradicionales. Doy por sentado que se conoce y se valora lo que ha supuesto para esta tierra la recuperación y/o recreación de unas fiestas populares, participativas, alternativas, de nuestra cultura y de nuestra lengua, por más
que también divertidas y para el libre solaz y esparcimiento. En eso empezamos a trabajar, al día siguiente de la muerte del dictador, hartas de las fiestas de peineta, mantilla y pandereta que recorrían nuestros pueblos. No añado nada, salvo el siempre creciente empeño de que sean populares y participativas y asequibles para todas las personas... y por supuesto para el mayor disfrute y la diversión. Añado que hablo desde una preferente tribuna:
siempre he participado en los Sanfermines a tope y en multitud de fiestas de otros pueblos y ciudades, y creo que soy de las que me he divertido "de las que más". Como pista os diré que en nuestra cuadrilla tengo un amigo conocido como "Navarra en fiestas", tan amplio es el recorrido del grupo.

La constatación de que en Sanfermines se producían agresiones sexistas y sexuales, algunas de mucha gravedad, nos llevó hace más de una docena de años, a realizar una campaña expresa anti-agresiones en las fiestas. Desde entonces cada año inundamos Iruñea de pancartas, carteles, pegatinas, pañuelicos... denunciando las agresiones, desvelando el falso lenguaje de la diversión que confunde el ligoteo con el magreo y el abuso y llamando a la solidaridad y a la creación de espacios libres de sexismo y de su violencia. Es una campaña que tiene un éxito
grande. Los bares la acogen con mucha aceptación y en casi todas las peñas y locales de lo viejo aparece el cartel de "Eraso sexistarik EZ" (NO a las agresiones sexistas). Las propias camareras nos cuentan lo que soportan en esos días de clientes pasados de rosca y lo bien que les vienen esas pegatas y carteles.
Como el ambiente es festivo, joven, descarado, alternativo, y algo macarrón... el lenguaje que utilizamos también es directo y coloquial, en muchas ocasiones. Así, se puede ver una pancarta que pone "Fuera pulpos". Una pegatina en la que aparece la palabra "Babosas", y el dibujo de la misma. Una pegatina con la definición de acosar, señalando que no equivale a ligar... Estas pancartas también se colocan en las entradas a Iruñea para que la gente que nos visita perciba otra imagen distinta de la oficial, de los Sanfermines repletos de alcohol y vía libre para cualquier cosa.
En Sanfermines, por otro lado, se producen agresiones importantes, a tenor de las denuncias formales que cada año se dan de violaciones y agresiones. En nuestro dolido recuerdo está el asesinato de Nagore Lafage, el mismo día 7 de julio, por parte de un hombre con quien se negó a tener relaciones sexuales, en la casa de éste y después de que viniera de una noche sanferminera. Siempre se ha publicitado un teléfono de urgencia para que se denuncien este tipo de agresiones.
La campaña a la que hago referencia se dirige más a la agresión constante, al manoseo cansino, a la verbalización insoportable de los deseos masculinos, a la machistada festiva, cargada de alcohol en medio de un corro de graciosillos, al que se unen otros tantos haciendo coro. Esta propaganda ya se está extendiendo a muchos pueblos y lugares, en donde se aprecian los mismos síntomas de machismo festivo.
Este año, y en relación a este tema del que hablamos, hemos tenido dos novedades que merece la pena comentar.
Nosotras las situamos dentro de las nuevas reacciones que está teniendo el patriarcado para denostar las luchas feministas. Esa franja patriarcal que no se resigna a perder sus privilegios y su situación de poder y control sobre las mujeres.

Recién empezadas las fiestas recibí un correo de Sabin Arana con un artículo de opinión, que después sería publicado en los medios de comunicación habituales. El autor, José Mª Esparza, es conocido articulista local que normalmente nos rebota sus artículos. A Sabin le llamó la atención y lo envió con ánimo de alerta. La alerta surgió y nos pusimos en guardia sobre estos nuevos análisis. El artículo trata de las miradas ajenas, de foráneos y viajeras que acuden a ver la fiesta.
Extracto del artículo en lo que se refiere a la campaña que he señalado: "
...al leer ciertas pancartas, una aguda viajera apuntaría: "Sin duda los navarros, son en extremos abusadores con las mujeres. Y en la plaza de Navarrería donde más ataques deben darse, a juzgar por el número de pancartas advirtiéndolo. Los peores deben ser los que hablan vascuence, a los que llaman babosoak". Sensible al tema, la viajera seguiría observando y al final de fiestas haría otro apunte: "No entiendo nada: jamás he visto un lugar donde tantos chicos y chicas estén de fiesta, día y
noche, bañados en alcohol, y donde se produzcan menos agresiones, ni de sexo, ni de ningún tipo. Hasta las familias más conservadoras de esta sociedad permiten a sus hijas púberes pasar la noche en esa bacanal etílica.
Los vascos me han parecido de todo menos "babosoak". Diría que son más reprimidos que buscones. Pero si ponentantas pancartas por algo será". Y quizás añada: "Es curioso que las agresiones sexuales más continuas que he observado no se denuncian: son las de los machos, y sólo machos, que se sienten con derecho a sacar la cola y ponerse a mear como cerdos en plena calle, aprovechándose, de forma injusta de su anatomía. El hedor a meados masculinos, ofensivo
".
Fue un duro golpe para nuestra entusiasta campaña, que suele reunir a unas veinte mujeres, en su mayoría jóvenas, para hacer la propaganda y colocarla adecuadamente. ¡Si por lo menos hubiese dicho la viajera anónima que interpretaba que no se producían agresiones debido a nuestra incansable lucha, que ya había dado sus frutos, nuestra consideración habría quedado un poco más alta! ¿Cómo se puede percibir de forma tan distinta la realidad que se vive en un espacio físico tan pequeño? Yo lo achaco a que la viajera anónima era ciega. Y no digo más.

Todavía Sanfermines y sus fiestas nos deparaban otra noticia sobre este tema. El día seis de julio fue un día esperpéntico para nuestras autoridades. El txupinazo se retrasó casi 20 minutos pues una enorme ikurriña, desplegada por unos anónimos "arrantzales" (pescadores), imposibilitaba la visión de la balconada del Ayuntamiento. La plaza a rebosar, como siempre, esperó con paciencia y alegría que la ineptitud y la estupidez autoritaria diese paso al inicio oficial de la fiesta. Pero no todo era tan alegre. Días después los medios de comunicación, a mansalva, recogían un pequeño video en el que se veía a una moza, subida a hombros de un mozo, con el torso descubierto y los pechos al aire, siendo sobada y manoseada abundantemente por machirulos que festejaban alrededor.

Los comentarios no daban abasto. Resulta que estos vascones, o navarrones, o quizá extranjeros como la propia viajera anónima venida de fuera, sí que son reprimidos y también buscones y también abusadores. Este magreo y sobeo, sin previo aviso, aprovechando que una mozica decide apropiarse de su desnudez, quizá para preservarse del hastío que producen estos alcaldes y concejales, esto es lo que llamamos baboseo, acoso, agresión, abuso, invasión... Cuando se dice pulpos "kanpora" (fuera), a esto nos estamos refiriendo, y si lo ponemos en euskera, que es nuestra lengua, no es porque pensemos que son vascos los agresores, que también algunos lo son, sino porque son hombres, de la nacionalidad de alguna de las lenguas que hablamos, y de otras que no hablamos, pero todos machos.

Y que nadie nos haga guiños de posmodernidad viendo en estos actos de libertad ataques desde la mojigatería. Está fuera de duda la libertad de las mozas para destetarse en la plaza, en esa y en todas las plazas, por su propia y libre decisión. La apropiación de la desnudez de nuestros cuerpos es requerimiento obligado de nuestra lucha. Estamos hartas de que nos desnuden, ahora somos nosotras las que marcamos los cuándos, los cómos y los dóndes de representarnos desnudas. Una vez dicho esto, o mejor dicho, hecho esto, no existe ninguna excusa para la babosada y el abuso. En realidad, lo que después del desnudo ocurrió, es lo que ocurre en todas las plazas, cuando las mujeres están vestidas: la agresión sexista y el ataque a la libertad del cuerpo de las mujeres. El desnudo pretende utilizarse como invitación al magreo, y esto, queridas amigas, es lo perverso. Por tanto, lejos de criticar la desnudez ejercitada, la aplaudimos y tratamos de convertir el espacio, una vez más, en libre de agresiones machistas.

El verano nos ha dejado otros ejemplos de fiesta y dominación masculina. En las tierras del Bidasoa, atreverse a bailar la "mutil dantza", siendo mujer, está siendo equiparado por algunos a ser puta y zorra, feminista y abertzale, según los casos o todo a la vez. Una práctica, en muchos pueblos normalizada, como es la participación de las mujeres en todos los espacios de la fiesta, está encontrando fuertes resistencias en lo que algunos denominan tradición ancestral de nuestro pueblo. Como siguiendo el itinerario del río Bidasoa y su desembocadura, estas prácticas hacen tronco común con la recreación de los alardes en Irún y Hondarriba, y una vez más, el rechazo a las mujeres, se convierte en agresión verbal y festiva. Además, se une la desobediencia institucional, pues a pesar de que hay pronunciamientos judiciales mediante sentencia, del Ararteko -defensor del pueblo-, de Emakunde-Instituto de la Mujer, en contra de estas prácticas discriminatorias, ahí siguen gozando del amparo de los Ayuntamientos.

En nuestra esperanza está que valientes y valiosas mujeres siguen haciendo frente a estos ataques sexistas. Solo nos queda, además de practicar la solidaridad activa y el abrazo feminista, señalar a los "jauntxos" locales que no les vamos a permitir que se apropien de las tradiciones de nuestro pueblo para perpetuar sus privilegios de tales. Se acabó el derecho de pernada, también para los "señoritos".
29/10/2013
Begoña Zabala forma parte del Consejo Asesor de VIENTO SUR