Federación Estatal de Organizaciones Feministas

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No son muertas: son asesinadas

Asamblea de Mujeres de Cantabria

Lunes 2 de junio de 2014

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NO SON MUERTAS: SON ASESINADAS

¡Ni una más! No lo consentiremos, la sociedad no se lo puede permitir.
En los últimos 10 años en nuestro país han sido asesinadas por su pareja o expareja más de 700 mujeres (743) y 59 menores asesinados igualmente por su pareja, padre o pareja de su madre. Y en lo que va de este año el resumen fatal de asesinatos por violencia de género es de 28 mujeres, un niño y una niña.
No han muerto por accidente o por enfermedad,… más de setecientos asesinos han decidido acabar con sus vidas. Y a este gran problema social tendríamos que sumarle los centenares de menores que quedan en absoluta orfandad: la derivada del asesinato de su madre y de tener un padre asesino, en la mayoría de los casos encarcelado. En febrero de este año una niña de Almería cuyo padre cumple 20 años de condena por matar a golpes a su madre, ha conseguido por primera vez que se le considere huérfana a todos los efectos, y con derecho a la percepción de las correspondientes prestaciones económicas.

Porque estos asesinatos son muy peculiares y como tal deben tratarse. Los asesinos son varones y las víctimas siempre mujeres, “sus mujeres”; a veces también quien se interponga en el camino intentando evitarlo, y otras, los hijos e hijas, como venganza para provocar un mayor dolor a la víctima si deciden dejarla vivir.

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El movimiento feminista y cuantas personas prestan su apoyo a esta causa, en 2004 conseguimos por fin una Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Pero no bastan las leyes, -aunque sean imprescindibles-, hay que tener la voluntad política de que la ley se cumpla y dotarle del presupuesto suficiente para que funcione de manera eficaz.
Si más de 700 asesinos se sienten suficientemente fuertes, incluso impunes para matar mujeres, algo estamos haciendo mal. Si las mujeres no hablan de los maltratos que reciben, si no denuncian, si tampoco lo hacen la familia o amigas y amigos cercanos, ni el servicio de salud cuando detecta esos maltratos, ni el entorno del colegio de las y los menores,… algo estamos haciendo mal.

Porque estos asesinatos no son un impulso único e irrefrenable, como pretenden hacernos creer los asesinos, sino el acto final de una convivencia llena de humillaciones y maltrato o el fin de un noviazgo que no iba a ninguna parte.
Nuestra sociedad tiene que acabar con las soterradas disculpas: fue un ataque de celos, estaba bebido, estaba drogado, tenía problemas económicos, o problemas en el trabajo, o estaba desempleado, parecía un buen hombre ,… que están en el fondo de una educación desigual, fomentada por la cultura patriarcal, que dota a mujeres y hombres de roles y estereotipos distintos y de desigual valor. Vale lo masculino y se desprestigia y minusvalora lo femenino.

Mientras no nos empleemos en educar en igualdad y respeto desde la cuna; invirtiendo todo lo posible en educación, y no precisamente retirando de los planes de estudio las asignaturas que fomentan los buenos tratos, el respeto y la convivencia ciudadana, no avanzaremos.

Mientras no tengamos presupuesto y profesionales para proteger a las víctimas, ellas no denunciarán, porque si lo hacen tiene la conciencia de que correrán más peligro. La sociedad, y la administración en nuestro nombre, debemos asegurarles protección y apoyo en ese momento tan crucial, en el que tienen que hacer acopio de fortaleza para decir ¡BASTA! a una relación de violencia.

Y necesitamos campañas de información, sensibilización y formación para quienes muchas veces son las primeras personas que atienden a una mujer víctima de maltrato: los cuerpos y fuerzas de seguridad, las y los profesionales sanitarios, las y los profesionales de la enseñanza, para jueces y juezas y, cómo no, para los medios de comunicación que se convierten en trasmisores de la actitud social en tantas ocasiones crean opinión. Toda sensibilización es poca, porque hablamos de vida o muerte.

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Por eso llamamos a la sociedad de Cantabria a movilizarnos, salir a la calle, exigir lo necesario para ACABAR con esta violencia y solidarizarnos siempre con las víctimas.

Y los 25 de cada mes , hasta el 25 de noviembre de 2014, Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, nos vemos en las calles.
Comisión contra la violencia de género. Cantabria.

Ana Bolado Sánchez - Portavoz

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