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Las mujeres y la huelga general del día 29 de septiembre.
Viernes 24 de septiembre de 2010
La reforma laboral, el decreto sobre pensiones, los decretos de recortes de mayo pasado…son medidas que tienen como objetivo asegurar los beneficios de empresas y bancos, no el de garantizar y cubrir las necesidades básicas, ni de la sociedad en general ni de las mujeres en particular. Al contrario: nos perjudican como personas, como mujeres, como trabajadoras, como paradas, como madres, como cuidadoras…por:
1.Desaparición del empleo fijo. Más trabajo precario, mal pagado y sin derechos sociales, sin posibilidad de reclamar ante nadie.
2.Reducción de plantillas y privatización de sectores de la administración que tradicionalmente han sido ocupados por mujeres (maestras, auxiliares de enfermería, enfermeras, administrativas, personal de limpieza…)
3.Privatización de la gestión de les bolsas de trabajo en la administración pública, con la falta de transparencia consiguiente.
4.Congelación de pensiones y aumento de tiempo de cotización, medidas que agravarán la feminización de la pobreza: la mayor parte de trabajos de economía sumergida, de trabajos temporales o sin derechos (como las empleadas de hogar) están hechos por mujeres, para las que será más difícil conseguir pensiones dignas. Además, alargar el período para el cálculo de la pensión supondrá incluir años en los que las mujeres ganamos menos para dedicarnos al cuidad de los hijos e hijas.
5.Desaparición de medidas incentivas para contratación de mujeres y, por el contrario, sí incentivos para contrataciones de tiempo parcial, es decir, para contratos con menos derechos, ocupados en un 80% por mujeres.
Pero hay otros motivos para la huelga y para movilizarse contra todas estas reformes y recortes. La sociedad todavía no ha asumido que determinadas tareas tradicionalmente asignadas a las mujeres (crianza de hijas e hijos, educación, atención a persones dependientes…) son obligación de todos. Las épocas de crisis son especialmente peligrosas para hacer retroceder los tímidos avances conseguidos en este sentido. Por eso los recortes en gastos sociales en sanidad, en educación y en bienestar social nos afectan especialmente. Si ya había necesidades sin cubrir, ahora habrá más, porque estas “reformas” harán más difícil mantener (o buscar) un puesto de trabajo remunerado y atender, al mismo tiempo, las tareas familiares no remuneradas:
1. Sobre las mujeres recaerá la presión de cubrir, con su esfuerzo y su tiempo, las deficiencias provocadas por los recortes en servicios públicos de salud, en escuelas infantiles y en atención a domicilio o en residencias para personas mayores. Ello conllevará una peor calidad de vida para las mujeres como cuidadoras y para las personas a quienes atienden, y dificultades para la búsqueda de trabajo asalariado y, por lo tanto, para cotizar para el futuro.
2. La reducción de la cantidad de profesorado y, por el contrario, el aumento de la ratio por clase, empeorará la calidad de la educación a la que tienen derecho nuestras hijas e hijos, con el consiguiente aumento de se fracaso escolar.
3. La reducción de plantilles de personal sanitario empeorará la calidad de la asistencia recibida por nosotr@s, por nuestras hijas e hijos, por nuestros ascendientes…
4. Se elimina la retroactividad para las personas dependientes, lo que significa que dejarán de cobrar los primeros seis meses de la pensión a la que tienen derecho.
Lo peor de todo esto es que estas medidas no sirven para salir de la crisis, ni para crear empleo. Sirven para hacer crisis, crisis social. Sirven para que el dinero de todas y de todos vaya a pagar a bancos que compren la deuda pública, pero no para mejorar sanidad, educación o servicios sociales.
¿Para qué participar en la huelga general del 29 de septiembre de 2010?
Para parar estos recortes y esta “reforma laboral”.
Para que no disminuyan las pensiones ni los presupuestos sociales.
Para exigir otro tipo de medidas que permitan salir de la crisis pero beneficiando a las personas trabajadoras y a la ciudadanía en general, y no a bancos y grandes empresas.
Porque a diferencia de lo que dicen, sí hay alternativas: la reforma de verdad debería aumentar los impuestos a los causantes de la crisis y debería reducir la jornada laboral para poder repartir el empleo existente entre todas y todos.
¿Servirá para algo?
La experiencia de las huelgas generales que ha habido después del franquismo es positiva: se consiguieron los objetivos.
Es cierto que sólo la huelga no será suficiente, pero es importante: a mayor participación, más freno a las medidas que tanto nos perjudican y mejores condiciones para seguir defendiendo nuestros derechos.
¿Qué podemos hacer?
Si tenemos empleo, no trabajar el día 29.
No ir a clase o no llevar a nuestras hijas e hijos.
Llevar a nuestras hijas e hijos a las movilizaciones y explicarles que estamos en ellas por un mundo mejor.
No usar servicios públicos: autobuses, trenes, oficinas, sanidad...
No comprar.
Informar a familiares y amistades y animarlos a participar en les movilizaciones.
Participar en les manifestaciones, piquetes informativos y demás acciones del día 29.
Para saber más, podemos recurrir a los sindicatos.
¡No a los recortes en gasto público!
¡No a la reforma laboral!!
A LA HUELGA GENERAL EL DIA 29 DE SEPTIEMBRE