Contra el Vaticano y por el respeto de los derechos humanos de todas las personas.

La Asamblea de Mujeres de Bizkaia, en relación con la noticia difundida estos días de que el Vaticano se opondrá en la ONU a la propuesta de Francia para que la homosexualidad se despenalice en todo el mundo, y a poco de celebrarse el 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, queremos manifestar lo siguiente:

1.El Vaticano representa a una religión, y como tal no debería estar presente en la ONU, ni siquiera como “Estado observador permanente”, condición que ostenta desde 1964. Su presencia en la ONU posibilita que una religión, la Católica Apostólica Romana, ejerza “los derechos y prerrogativas relativos a la participación en los períodos de sesiones y los trabajos de la Asamblea General y las conferencias internacionales convocadas bajo los auspicios de la Asamblea u otros órganos de las Naciones Unidas, así como en las conferencias de las Naciones Unidas”.

2.Los Acuerdos firmados por el Estado español y la así llamada Santa Sede, de los cuales se derivan numerosos abusos a que nos vemos sometidas las personas no católicas, deben ser urgentemente derogados. Debido a la existencia de tales acuerdos se imparte, por ejemplo, en todo el sistema público de enseñanza una asignatura confesional de religión, cuyo profesorado es nombrado por la Iglesia pero cuyo sueldo es cargado al erario público y, por lo tanto, a los impuestos de toda la ciudadanía. Para ser profesor o profesora de religión en la enseñanza pública, es necesario ser creyente católico/a, lo cual supone una discriminación evidente por motivo religioso y permite además que la catequesis se introduzca en la enseñanza forma inadmisible.

3.Como queda claro con la última toma de posición del Vaticano respecto de la homosexualidad, las profesoras y profesores de religión católica han de impartir una doctrina a todas luces inconstitucional y contraria a los contenidos de otras asignaturas en la que se busca que los y las adolescentes entiendan que todas las personas han de tener los mismos derechos independientemente de su sexo, raza, origen, orientación sexual, ideas, creencias, etc. y son merecedoras del mismo respeto.

4.La insistencia de la Iglesia católica en no diferenciar pecado y delito nos retrotrae a tiempos de siniestra memoria y deja claro esta institución se cuenta entre los defensores contemporáneos de las teocracias y totalitarismos religiosos.

5.La consideración de la homosexualidad como delito en numerosos países conlleva la pena de muerte. En otros arresto y cárcel. El Vaticano no quiere acabar con esta situación.

6.Desde la Asamblea de Mujeres de Bizkaia, apreciaríamos y agradeceríamos enormemente que las personas y organizaciones católicas que discrepan de esta toma de postura de la institución a la que libremente pertenecen, mostraran públicamente su desacuerdo y su solidaridad con las lesbianas y homosexuales que viven en países en los que su condición sexual está penalizada como delito. También les invitamos, igual que al resto de la ciudadanía, a que secunden todas las iniciativas ciudadanas a favor de la laicidad y en contra de las injerencias de las religiones en la convivencia entre todas las personas.

COMISIÓN POR LA LAICIDAD de la ASAMBLEA DE MUJERES DE BIZKAIA